domingo, 14 de noviembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
cremor tártaro, (falsificaciónes)
Forzando las palabras para describir algo sin importancia: ¡oh,sufres,que dura es la vida, cuánto dolor y confusión!
Sinonimia: autocompasión flagelante .Falta de imaginación.
Ejercicio: escribir mala literatura a conciencia,(Quizás descubras que el resultado es igual a lo que siempre escribiste; conclusión posible: escribís mal)
Fragmento
Llegar del trabajo e irme a comprar con mi hija al mercado, (tolerar a toda esa gente que piensa que los bebes bellos son cosas publicas que pueden tocar a voluntad). Volver cargado con quince kilos de bolsas y subir los cuatro pisos por escalera con eso y un bebe de once kilos, (los pesos distribuidos en cada brazo). Subir cantando para mi hija, (cantando agudo porque le hace reír). Soplarle el pelo cuando ella tira su cabeza hacia atrás. Levantarle el chupete que tira en medio del ascenso y morderlo por el asta, (devolvérselo con la boca y de paso mordisquearle un hombro). Abrir la puerta de la casa, (madriguera), y soltar al animal en el piso de madera; preparar el agua para darle su baño: bañarla, secarla, vestirla. Me despido y tomo el colectivo en Paseo Colon, (un miserable genovés violador psicópata con un poco de suerte), y llego al laboratorio de idiomas a por mi clase de francés,(no se preocupe, usted es un encanto, profesora Trude). Regreso al hogar; bebe duerme, preparación de comida, cena.
Intermezzo cinematografico.
El sueño me ahoga en su cálido líquido antes de que termine la película de intriga internacional; lo hace suavemente, y su líquido es un néctar aterciopelado y sigiloso, que no se siente llegar.
Seis y media de la mañana, me despierto, (me descongelo rápidamente de mi cubetera en forma de forma que contiene todas las formas), doy de comer a las bestias maullantes y les dejo salir a completar su ciclo digestivo. Trato de comer algo de lo que, estratégicamente, compre para mí la víspera de la víspera, (unas almendras que resultaron húmedas, unas frutas secas demasiado secas), salgo velozmente y, circularmente, me tomo el mismo colectivo que la noche anterior,(en la misma avenida del Genovés violador psicópata que, unas cuadras después, veremos que tiene un enorme monumento). La embajada de Brasil, y sus boiseries doradas carcomidas por el tiempo, me tragan de un bocado y me expulsan nueve horas después,un poco más usado, un poco más viejo, un poco más cansado, un poco más proclive a escapar en fantasías alucinantes, (la gota de acuarela cae sobre el papel mojado y se abre, hasta que casi se diluye por completo).
apendice uno
Y que estaba pensando cuando, en medio de la golpiza que le dio al viejo Matraca, saco la 45 y tiro tres tiros al aire ? (La sonrisa desencajada,la mirada perdida,envuelto en su nube de pólvora; la sangre caliente del matraca cayéndole por la muñeca que sostiene la pistola en alto;en éxtasis). No sabemos, no sabemos nada.Lo veo alejarse calle abajo corriendo;las puertas y postigos de la chusma que se cierran a su paso;el sonido de la sirena acercándose por Magallanes,y el cuerpo yacente de Matraca en el empedrado,salpicado de dientes, llevado a rastras por cuatro desconocidos que no paran de reírse.
apendice dos
Me había puesto miel solida en las fosas nasales para calmar una molestia, y ahora el calor de la respiración la fundía y la hacía chorrear en mis bigotes; así que de vez en cuando me relamía, o me quitaba el excedente con el índice y me lo llevaba a la boca, como un cocainómano desaforado.
apendice tres
"Tomo el frasco, es de vidrio turquesa y tiene un tapón de corcho, lo acerco a la luz lunar que entra por la grieta en el muro y alcanzo a leer lo que dice: crémor tártaro"
jueves, 18 de marzo de 2010
mascarada
Entonces en un principio está el acartonamiento y las actitudes mediocres, y la conducta estereotipada y tópica. Mas luego, y para unos pocos, surge una personalidad crítica hacia el mundo y sus cosas; de este grupo puede surgir a su vez otro aun más pequeño de individuos que extienden esa actitud crítica hacia sí mismos, y hete aquí que adviene la ramificación final: los unos muy equilibrados y compasivos, los otros irónicos y de una cínica acritud. Esta última tiñe cada razgo, gesto e idea del individuo, que queda paulatinamente aislado del resto,( harto ya de su monótona y torturada autoafirmación).
Entonces estas personas, entre las cuales me he incluido y en ocasiones me incluyo, están en un estado de permanente autocritica como para mostrarle al mundo y a ellos mismos, que no pertenecen a ese grupo de personas y estereotipos sociales mencionados al principio; y acaban así en otro estado de acartonamiento y esclavitud intelectual en la que no pueden dar puntada sin hilo, y a cada situación le corresponde su debida parodia.
Es esto, entonces, lo que quería esta noche señalar, y nada más.
lunes, 15 de marzo de 2010
Dante tras el mostrador de "La nueva rural". factotum. demiurgo
“buenísimo, gracias, hasta luego”.
Me traiciono a mi mismo todo el tiempo. El otro día tuve una conversación inmundamente derechista con el taxista que me llevo, estando yo plenamente borracho, a mi casa. En este caso particular el origen de mi hipocresía hay que buscarlo en la sensación de vulnerabilidad total que me dio estar solo en manos de un taxista a las tres y media de la madrugada atravesando calles desconocidas; generar empatia ideológica me pareció la mejor forma de camuflarme y no terminar amaneciendo en alguna calle del Once con sangre en el pantalón. Debo de haberle parecido un joven modelo porque llegue a mi barrio en un santiamén y redondeo la tarifa a mi favor.
Pero si lo pienso un segundo quizás el pobre chofer era una excelente persona que, al igual que yo, se sintió obligado a mantener los clisés que rigen las conversaciones superficiales de este tipo. Bajo esta luz, el hecho de llegar rápido a mi destino pudo haberse debido mas a su necesidad de deshacerse de mi cuanto antes, y el redondeo a mi favor a un gesto de compasión para con un pobre joven ideológicamente desamparado, resaca maloliente de la acción continua del neoliberalismo caníbal, (ja ja ja, viva el PO y la concha de su madre!).
Pero es cierto que muchas veces ando por el mundo siendo otro, alguien socialmente aceptable e inofensivo, que es lo que quiere el sistema, (otra vez: viva el PO y la concha de su madre!), y al mismo tiempo me repugna ver las maneras que toman los otros para lograr lo mismo, siempre serviles, o agresivos y maleducados.
Y otra vez llegamos a reflexiones mil veces hechas, como que la sociedad es una obra de teatro trágica y naufragante donde cada cual interpreta su personaje como se lo permite la poca o mucha, (o nula), versatilidad que los autores de esa obra, (que son unos hijos de puta desalmados), nos permiten.
Si, a mi me toca hoy por hoy la poca versatilidad; me sumí durante ocho meses en el fango atroz del trabajo a destajo, y hoy aquí estoy, tratando de articular algo que me facilite el lento retorno del sopor.
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